EL DESORDEN DE LA CONCUPISCENCIA

No codiciaras la mujer de tu prójimo, ni sus bienes, etc. El Padre Willie nos alerta que todo lo que se nos alimenta hoy en día es impuro. Y nos pregunta: ¿con qué intenciones? Que nuestra mirada, nuestro proceder, sea de gente pura. Tenemos que rezar, comulgar, pedirle a Dios la gracia para ser puro.