SIN MÓNICA NO HAY AGUSTÍN

El Padre Willie les dice a las madres: “si Dios se lo dio, es para que usted lo ayude. Nunca diga que su hijo no tiene remedio”. Mónica consiguió que su hijo Agustín fuese un hombre de Dios. Y eso es lo que una madre puede, dando y dando. No escuche a la gente. Sea lo que sea, que no se pierda su alma. La oración de una madre llega al Cielo y toca el mismo corazón de Jesús. En María están todas las madres.