TU FAMILIA

El Señor acoge la familia. La vio buena. Hay que cultivar la familia. El niño necesita la familia. Allí se le enseña a amar. Allí es abundantemente, fidelísima, infinitamente, fecunda y efectivamente amado. Allí les permite a ser patológicamente sanos. Los niños ocupan educación social, religiosa, académica, la experiencia familiar. Con los padres hay una deuda de gratitud, que se les quiere, que se les admira, que les deben, que los respetan, que los cuidaran cuando debiliten. Ese mandamiento, el cuarto, es el único que lleva una promesa anexa, de bendiciones en esta vida y la otra. La familia es lo mejor que ha hecho Dios, su obra predilecta. Cuídala y haz de la tuya una de las más poderosas para poder seguir amando.