TUS ENEMIGOS

A Dios le encanta la sonrisa, es el alma de Dios. Es bueno tener enemigos, de lo contrario estás condenado a la indiferencia, a la mediocridad. Hay que agradecer por los enemigos. Son una riqueza, el más poderoso incentivo para levantarse y decir: resistiré. Si Hanna hubiera encontrado sus enemigos, hubiera visto en ellos su valor.