Una ayuda para ser dulces e indulgentes

El fruto de la Benignidad es la disposición constante a la indulgencia y a la dulzura en el hablar, en el responder y en el actuar. Se puede ser bueno sin ser benigno teniendo un trato rudo y áspero con los demás. La persona que la posee es pacífica, sumisa, gentil, incapaz de ofenderse.